25/2/15

UN GENOCIDIO QUE SE PERPETÚA CON LA INDIFERENCIA

El holocausto armenio
Por Jorge Rubiani*

El próximo 24 de abril, se cumplirán 100 años del inicio del holocausto armenio. En esa misma fecha del año 1915, el gobierno turco detenía en Estambul a 235 miembros de dicha comunidad. El procedimiento se extendería en los días, meses y años siguientes hacia territorios de ancestral residencia armenia, con el arresto, persecución y martirio de hombres, mujeres y niños de esa nación. Aunque en el siglo anterior se habían registrado matanzas similares de armenios civiles en manos de los turcos, fue a partir de la fecha mencionada cuando se inició el sistemático operativo de exterminio en el que -se calcula- perecieron cerca de dos millones de personas tras la confiscación y robo de sus bienes, la destrucción de sus solares y la devastación de ciudades y pueblos que albergaban milenios de civilización y cultura armenias.

17/2/15

CIEN AÑOS DEL GENOCIDIO ARMENIO

Armenia y Honduras: dos países con rostro de sangre
Por Dick Lester Núñez*

Las atrocidades cometidas contra el pueblo armenio por el Imperio Otomano y el Estado de Turquía durante los años 1915 a 1923 es lo que se conoce como genocidio armenio. Estas atrocidades cobraron la vida de un millón y medio de personas que fueron asesinadas con el objetivo explícito de ponerle fin a su existencia colectiva.
El Papa Francisco reconoció que el primer genocidio del siglo XX fue el armenio. Y es que más allá de las cifras contabilizadas de muertes, nadie tiene derecho a asesinar a otros y es una condenación delante de Dios tales actos. Pero más allá de dichas muertes, una vida humana que se pierda vale igual que todas las demás. 
A pesar de la documentación largamente probatoria del hecho, Turquía lo sigue negando y se esfuerza vanamente por tratar de distorsionar la historia. El genocidio armenio (también llamado holocausto armenio) no puede disimularse y, mucho menos, borrarse de la historia.

9/2/15

El genocidio armenio, una verdad que aún sangra

Por Sandra Beatriz Ludeña Jiménez´*

Hoy hace cien años (algo menos, algo más), desde 1914 y sus noches oscuras interminables en medio de la Primera Guerra Mundial y aunque la historia se haya acomodado plácidamente a la sombra del olvido, el genocidio armenio es una frase grave, una verdad que aun sangra, una herida abierta en la historia de la humanidad.
Las referencias históricas, indagadas por la pupila del mundo, detrás de cada día de estos cien años, manifiestan que los armenios habitaban territorio turco pero también en tierras rusas, por esta razón en 1914 cuando ardía la guerra entre Alemania y Rusia, los turcos impetuosos dispusieron que todo varón armenio que habitara en Turquía, se enlistara en las tropas del Imperio Otomano, para luchar junto a Alemania contra la amenaza zarista. Sin embargo, en el ejército enemigo del zar, estaban los armenios rusos, por lo que aquellos residentes en Turquía, que integraban el ejército Otomano, se negaron a tomar acciones contra los mismos armenios que estaban en el ejército enemigo.

7/2/15

CONDENA AL ODIO Y AL RACISMO EN EL CENTENARIO DEL GENOCIDIO ARMENIO

Dr. Edgardo Daniel Barreda Valenzuela*


Llámese genocidio, holocausto o exterminio de un grupo o etnia es inaceptable a la luz de la razón y de los Derechos Humanos. No obstante pasan los años, pasan los siglos y el odio y la brutalidad vuelven a apoderarse de los seres humanos. Tal el caso de los armenios, confinados en campos de concentración, torturados, violados, asesinados en diversas formas o  condenados a una muerte segura al ser deportados y prácticamente obligados a marchar por el desierto (1915-1923). Muchos de ellos su crimen era ser Armenios y cristianos, quienes recibían de parte del Imperio Otomano, un trato de seres  inferiores.  Al recordar

EL GENOCIDIO DE ARMENIA

Por Yanira Soundy*
El Genocidio Armenio  conocido como “Holocausto Armenio”, fue la deportación forzosa más dolorosa y oscura que he leído hasta el momento. En esta deportación se dio el exterminio de un número indeterminado de civiles armenios, que ha sido calculado aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de personas, por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.
Este Holocausto Armenio, ha sido descrito por los historiadores, como brutal.
La fecha del inicio del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el día en que las autoridades otomanas detuvieron a 235 personas armenias en Estambul; luego la cifra de detenidos
ascendió a 600. Después –se dice- una orden del gobierno central estipuló la deportación de absolutamente toda la población armenia, sin poder llevar nada consigo para sobrevivir y su marcha fue forzada por cientos de kilómetros, en lugares desérticos, donde muchísimas personas murieron de hambre y sed. Cuenta la historia que quienes sobrevivieron fueron víctimas de robos y violaciones.

LOS ARMENIOS EN ESPAÑA

José Antonio Gurriarán*
-Levon VI gobernó Madrid en el siglo XIV y comerciantes armenios se instalaron en Andalucía en el XVI.
-Tras siglos de escasa presencia hoy la colectividad suma 40.000 miembros, cada vez más organizados y dispuestos a conmemorar el Centenario del Genocidio.

No voy a extenderme aquí en el tema del atentado. Lo hice cuando era oportuno en los medios de comunicación y en dos libros, La Bomba y Armenios, el genocidio olvidado, en los que, desde ideales pacifistas, traté de entender porque había jóvenes tan desesperados que colocaban bombas. Sin embargo inicio con él este texto porque la fecha marcó un antes y un después en mi vida, que pasó de la casi total ignorancia sobre Armenia y los armenios a un interés, que se convirtió en pasión en la medida en

5/2/15

EL siglo XX y el Genocidio Armenio

Por José Caraballo*
El siglo XX; ciclo definido por su espíritu creacionista. Avances en los campos de  tecnología y ciencia hicieron posible la creación del mundo cibernético; conceptos  que parecían alcanzables solo en sueños fueron implantados como necesidades del diario vivir.   Periodo en que hasta enfermedades que afligieron a nuestros antepasados fueron erradicas.   El siglo XX aparentemente podría ser catalogado como la época de oro del progreso urbano y la tecnológico.
Pero a pesar de tantos logros manchas de degradación moral  opacan los frutos del saber. El siglo XX fue el más  sangriento de la historia de la humanidad. Plagado de crisis financieras regímenes totalitarios dos guerras mundiales y  más de 20 guerras en las que millones de seres humanos han perecido: en conjunto con la proliferación de armas nucleares capaces de erradicar ciudades enteras, nuestros logros tecnológicos parecen permanecer en los tiempos de la inquisición papal.
El despotismos político en unión a cambios financieros, alta tasa de desempleo, intolerancia religiosas y fanatismo han dado orígenes al llamado genocidios. Los genocidios son definidos como la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos son caracterizados por su crueldad y falta de sensibilidad ante las necesidades de la minoría.

El Infierno Sartreano Armenio

Rony Bolívar*
La bandera de la República de Armenia es analogía cromática invertida de la bandera de Venezuela, pero, a diferencia de ésta, no posee estrellas ni tantas alegrías en su memoria histórica sino un regazo de recuerdos adoloridos y quejidos de tristeza tras la muerte aún aproximada de un millón ochocientas mil víctimas inocentes, entre ellos hombres, mujeres embarazadas y niños. Venezuela junto a Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile han sido algunos de los pocos países de Latinoamérica en reconocer el denominado “Hayoċ Ċełaspanuṫun” en lengua armenia: Genocidio Armenio. Sucedió entre 1915 a 1923 aproximadamente, a manos de una agrupación asesina llamada Jóvenes Turcos o “Demonios Otomanos”, éstos eran tan reales como la masacre misma y no provenían de algún infierno Dantesco. Más allá del surrealismo que induce pensar sobre los abusos y excesos de todo imperio a lo largo de la historia, es un hecho insólito la inobservancia y en muchos casos la inacción de gobiernos que a comienzos del siglo XX optaron por la pasividad diplomática e indiferencia hacia tan cruento holocausto alegando: “confrontaciones de mando o diferencias territoriales”. Algunos