Daniel
de Cullá,
Poeta del Mundo, de origen castellano aragonés.
Pintor
y fotógrafo.
Miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España,
de
la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET),de Poetas de
la Tierra y Amigos de la Poesía (POETAP), Fundador y editor de
revistas BodyArt, y de Cultura: Gallo Tricolor, Robespierre.
Participa en actos culturales y teatro de calle. Embajador de la
Palabra por el Museo de la Palabra.
( A los cien años del
Genocidio Armenio )
Que en las páginas del libro rojo
de la vida de Europa
No se encuentre una página sin
crímenes, violaciones, robos y estupros
No es poco.
Que gracias al cristianismo
fascista y a la sharia fundamentalista
Cada uno de los dos se las puede
apostar al más guapo de los criminales pasados
Y actuales vivientes.
Las masacres hamidianas, llamadas
así por el nombre del Sultán otomano
Abdul Hamid II, el “Sultán Rojo”
Por la sangre de las víctimas
armenias derramada
El gran asesino, el Sultán
sangriento
Como le nombró la prensa europea y
americana
Pero, malditos!, como siempre, sin
hacer nada
Quien declaró su inquebrantable
decisión, y por Decreto de guerra
De llevar su terror hasta el
aniquilamiento total de los armenios
Nación leal, Millet-i Sadika, ayer
Después Dhimmi
Nombre dado a los judios y
cristianos que vivían en estados islámicos
Tolerados a cambio del pago de
impuestos
La aceptación de una posición
social inferior
Y convertirse al Islam o la muerte
Como hicieran otrora los Reyes
Católicos en España
Con su cristianismo de reconquista,
muerte, violación
“ordenando evitar absolutamente
toda negociación
Y poder justificar sus medidas de
punto final y muerte
Por asesinato y crimen de lesa
humanidad”
Este carnicero de los armenios
Como más tarde cumpliera al pie de
la letra
Aquel César enano general
En la guerra de cruzada místico
fascista de España
Cual garrotilero vil por Decreto
Y, hoy en día, los señores de la
guerra “made in Usa”
O los nacientes estados islámicos
Cual pedos de lobo venenosos
Encantadores y envenenadores con
elixir de dólares o petróleo los unos,
Y con muerte, violación y represión
mística estos otros
Crucificando día tras día el
Oriente próximo
Violando y dilapidando a sus mujeres
y niños
Asesinando con un ton y son de
campanas de la OTAN y el Pentágono
Pero no como las campanas de la
catedral Armenia, en Urfa
Que dejaron de sonar por la muerte
de miles de armenios refugiados
Y fusilados al querer escapar
Con la alegría caníbal
Ay, dolor, que todavía anima la
sonrisa de muchos gobernantes del Globo
Miradles si no en Bruselas, en el
G-8, y 28.
De tantos crímenes como estos
están la Historia de las Naciones llena
Y en Te Deum de asesinos alabados en
mezquitas y templos:
Estudiantes de teología islámica
Paridores del gobierno de los
jóvenes turcos
Guerrilleros de cristo rey
Puesta su mira en Catalunya y País
Vasco, por ejemplo
Adoradores del instinto criminal
Que anima el cuerpo de todo y
cualquier gobernante
A quienes irrita la palabra
“reforma”
Que hacen de la capa de cabildos
De estrados de jueces, de supremos
tribunales un sayo
Pues creen por fe y por costumbre
del mal
Que el pueblo, cualquier pueblo es
muy lerdo
Y no nos engaña la memoria, que es
harto frágil
Pues sabemos que en toda junta por
hombres del crimen celebrada
Nunca falta algún sujeto, que
destaca entre los memos
Que ordene y mande:
“A por ellos. Y asesinad a placer
para sofocar la violencia
Y restablecer el orden y el
gobierno”.
Como fue en Adana
Donde el monstruo del crimen y la
violación se tragó de una tacada
A más de treinta mil armenios
Para dar de comer a su Gran Crimen,
Medz Yeghern
Sin importarle un pito la
deportación y el exterminio
Que la brutalidad en las masacres
decide
Y la utilización de las
deportaciones encanta a los tíos camuesos
Hincando sus dientes en cuantos
inocentes pasan a su lado
Y a presidio llevándoles como reos
Para después darles la muerte en la
estacada
Como hicieron con los asirios, los
griegos pónticos y los serbios
Importándoles un ápice la vida de
estos reinos, provincias o países
Que “deberán al crimen otro
gobierno”
Como dijera el caco y criminal
formidable de la Alemania nazi
Adorador de los genocidios y
holocaustos
Arropado, en su dí, como lo es hoy
el americano
Por otras naciones de asesinos y
bandoleros.
Que este recuerdo de los Cien Años
del Genocidio Armenio
Viendo las masacres
Las insignes proezas y portentos del
crimen actualizado
Nos haga pensar que lo de Armenia
podrá volver a ser
Que ojala no lo sea
Y que los gobernantes que consideran
a los pueblos
Muy tontos y muy lerdos
Listos para el sacrificio invocado
por sus falsos dioses
Criminales y embusteros
Vuelvan sus porras y fusiles contra
ellos mismos
Y que sus hazañas bélicas
Con su pan se las coman
Y con sus Rebuznales risas de
verdaderos majaderos
Se ahoguen en los charcos de mierda
De su propio crimen y muerte.
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