29/12/14

Armenia

Maruxa Duart Herrero
Escritora. Doctora en Geografía e Historia e  Investigadora. Dramaturga. Articulista. Conferenciante. Directora Revista Clave Literaria. CLAVE. Asociación de Escritores y Críticos literarios de la Comunidad Valenciana.





A borbotones hierve el corazón en la exigua fría mañana de diciembre calzado el
humor de emociones.
¡Cobre, cinc, oro y plomo… diamantes y pobreza, al cincuenta por cien.
Como en todo, se entremezclan luces y sombras, nada es como parece y todo lo
es: distinto, dispar y nada ecuánime, análogo, pariente de uno mismo.
Firme barro, repartida aunque no toda en miembro o porción. Aquí y allá,
sedentaria y errante, según apetencias de poderes y bolsas bancarias.
Lindes, peleas, yugos y provechos, así se constituye la indecencia de encarar
hermanos de clanes y sangre, planetas, seres celulares, aun los muertos; y se sirve el
holocausto.
El odio se azuza, enfrenta hermanos en el espanto de la obligación de matar a los
propios bajo el sol. Muchos se declaran insurgentes.
¿Quién saldrá indemne? Nadie ¿Tiene la rueda la culpa?
Desiguales, onerosos, harapientos, la rueda vira los días, circunstancias y
adeptos, fortunas. No ahora que el infortunio cuartea y desgarra por dentro a los que
están hechos de la misma teta.
¿Quién es quién y cada cuál? El mismo y que siempre cambia. La naturaleza no
avanza, circunstancia y apetito sí.
Represalias y cuchillos, yo tengo razón, tu no. ¿Qué razón?
Es culpada de traición por no matar, penada al calabozo exigiendo condena,
reclusión infame; la suerte del que otrora fuera galeote.
Corre el un cierto día y se ordena la demolición. Una nube negra deporta bajo un
mal viento cautivos masivos a desiertos, dos millones de muertos.
Abandonados lares y prosapias. Huyen avanzadas caravanas a escape de la caza
de matanzas.
Abusadas las mujeres, los niños, con la muerte en los talones en campos de
concentración y barcos hundidos de los que huyen.
Se señalan fronteras, países, intereses, salidas al mar y deviene de nuevo la
guerra.
Las lindes, son conflicto de repúblicas que litigan y pelean cual babeles.
¡Alto el fuego!
No soy libre ¿Puedes parar? Depende. Desmantelada, unida, la savia que corre por tus venas, el polvo mezclado
húmedo y seco que calienta abrazado fragmentos, añicos preciados “de por quier”, ama
absoluta y a nadie.
Amada e infame, la memoria ha de ser filántropa para que quepamos todos. No siempre
es posible a pesar de intenciones, proposiciones y empleos.
Aun así espero venturoso venidero cargado de castañas, buen humor, y mejor
talante, en la esta exigua fría mañana de diciembre calzado  el humor de emociones, así
ha de ser cuando menos allanado el camino de vez en vez.


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